lunes, 11 de julio de 2011

Travesía Groenlandia

La travesía de Groenlandia ha sido una aventura fascinante. Dura, gélida, inhóspita, salvaje....Para mi que provengo del mundo vertical todo ha sido nuevo, un gran e imprescindible aprendizaje si queremos afrontar con un mínimo de garantías la travesía transantártica. 34 días en absoluta soledad en los que hemos recorrido, Alberto Iñurrategui, Juan Vallejo y un servidor, 2300 km en total autonomía y ayudados por la fuerza del viento usando cometas de tracción. Hemos usado las cometas en más de un 90% del recorrido y tan solo hemos parado 4 días, 2 por temporal y otros 2 por falta de viento. Llevamos víveres para 39 días con lo que al final pudimos comer un poco más, cosa que agradecimos mucho ya que el gasto calórico debido al esfuerzo y al frío era muy grande. Nuestra dieta de 4000 cal/persona y día se nos quedaba justita. Empezamos la travesía cerca de Narsasuak(paralelo 61º) con unos 120kg de peso en los trineos cada uno y acabamos cerca de Thule(casi paralelo 78º) con unos 80kg. La mayor parte de la travesía se ha desarrollado por encima de los 2500m se altitud con lo que al principio y al final hemos superado buenos desniveles. Los primeros  6 días solo hicimos 50km, pero esto estaba dentro de lo previsto ya que el terreno es malo, hay mucho desnivel, grietas y hielo vivo. Estos días físicamente fueron muy duros. Tirábamos unas 8 horas al día, tras las cuales caíamos rendidos. El resto de la travesía el cansancio fue diferente, muy muscular pero igualmente terminábamos las jornadas agotados. También hubo momentos de mucho disfrute, cometeando a 40km/hr en nieve polvo. Tras esta experiencia polar se me abre un nuevo mundo de posibilidades de aventura desconocidas para mi. Todos mis respetos y admiración hacia los exploradores y aventureros polares, en especial a Larramendi del que ahora conozco mejor su historia. Hay muchas similitudes entre las expediciones polares y las de montaña pero a nivel psicológico las primeras necesitan de una mayor dosis de convencimiento y motivación. Una vez que empiezas no hay marcha atrás. A nivel humano ha sido una gran experiencia que nos ha pedido mucho y nos ha devuelto más.
De vuelta en casa ya he vuelto a la vertical y he escalado un par de vías en Ordesa, otro lugar fascinante al que no me canso de ir.