sábado, 3 de noviembre de 2012

Nepal 20 años después

Visité Nepal por primera vez en el año 92. En aquella ocasión mi compañero de viaje fue Fermín Izco. En 20 años las cosas han cambiado mucho en todas partes y Nepal no se ha quedado exento a esa metamorfosis. Las calles de Thamel están ahora asfaltadas y el bullicio y contaminación de Katmandu son insoportables. Los precios de los lugares turísticos están al nivel de Suiza y se aprecian demasiadas des igualdades sociales. El Nepal rural ajeno los lugares mas concurridos no ha cambiado demasiado y sus jentes sigen siendo sencillas, alegres y muy abiertas.
Por aquel año 92 tan solo teníamos 22 años, poca experiencia y muchas ganas. Escalamos nuestro primer sietemil en estilo alpino, el "Lempo Gan" o al menos así se llamaba en el arcaico plano que teníamos. Ciertamente no disponíamos de muchos recursos y tuvimos que recurrir al estilo pirata y obviar cocineros y lujos de ese tipo. Esta experiencia en el valle de Langtang me marco definitivamente; fue como un flechazo que me tiene aún embriagado en el éxtasis de la aventura y el olor a altitud. Curiosamente hace unos meses enredando por Internet vi como un grupo Francés escaló la misma montaña, por la misma ruta pensando que era una montaña virgen. Lo hicieron en estilo clásico con porteadores de altura y cuerdas fijas. Espero que no se enteren que fuimos nosotros antes ya que se iban a llevar un buen "Txasko ". Eso sí ellos le daban otro nombre al pico y le rebajaban algunos metros.
Acabo de regresar de intentar el Nuptse por la ruta Británica de cara sur. He tenido la suerte de compartir cuerda de nuevo con Juan Vallejo y Alberto Iñurrategui; todo un lujo en ascensiones en alta cota ya que su mera presencia hace que me sienta tranquilo en lugares de estos tan comprometidos. La ascensión nos ha parecido especialmente bonita, vertginosa, dura y muy arriesgada para hacerla en alpino ya que bajarse de estas paredes con cuatro cosas resulta cuando menos "curioso".
El 4º día de escalada llegamos a la arista cimera, unos 7700metros. Como siempre Alberto parece estar el mas entero, Juan bien y yo...bueno hecho mierda. Hace mucho viento y hablamos a gritos, son las 12.00 del mediodía y nos quedan unas 5h.30´de luz. Una de las cimas se ve muy próxima y para la principal todavía nos quedan 150m de terreno"no fácil". En otras condiciones de viento quizás hubiésemos ido pero bajarse de donde estamos es complejo y tenemos que llegar al punto donde dejamos la otra cuerda con luz y las huellas de subida seguramente se habrán borrado. Si no encontramos la cuerda la cosa se puede poner muy fea; no encontrar la tienda esta noche con este frío y este viento nos puede costar demasiado caro( la isoterma de -30ºC está a7500m). Empezamos a destrepar con un tobogán de 3000metros a nuestros pies. La pendiente es muy mantenida y nunca baja de los 50º. Llevamos 3 estacas que nos sirven para solucionar en buena parte bajada. Una la ponemos en el punto del rapel, otra a la dejamos a mitad de cuerda y la 3ª para el siguiente rapel 60 metros mas abajo. Dos rapelan y uno destrepa. Es una manera de eliminar tensión y solo destrepar uno de cada 3 rápeles. Llegamos a la franja rocosa a las 5.00 de la tarde, aquí recuperamos la otra cuerda y en 4 rápeles mas a la tienda a la que llegamos "descojados" ya oscureciendo. El frío se me cuela hasta los huesos por el cansancio y la deshidratación; nos metemos en los sacos y ninguno de los 3 es capaz de derretir algo de nieve, solo queremos descansar. La ventisca se cuela por los respiraderos y tenemos los sacos cubiertos de nieve; algunas veces el infierno se tiñe de blanco.
A la mañana siguiente conseguimos beber un poco de té (Juan lo vomita) y continuamos el largo descenso. Volvemos a pasar debajo de los seracs desplomados pero ahora no me molesto ni en mirar de vez en cuando hacia arriba, algunos rápeles y mucho destrepe nos dejan en la arista, unos 6500m. Afortunadamente aquí abajo hace mucho menos viento y continuamos bajando con toda la concentración por esta vertiginosa arista. LLegamos a al collado donde nos cambiamos de botas (5800m) con 2 horas de luz. Sin parar continuamos por el caos de bloques con la mochila que cada vez nos hunde mas, maldecimos su peso una y otra vez, a ver cuando hacen mochilas atadas a un globo para quitarles peso...
LLegamos al fin de las dificultades, 5200m, al anochecer. Un riachuelo de agua corriente es lo que mas deseamos en el mundo, Juan lleva 2 días sin beber nada y yo bien poquito. Tan solo nos queda un paseo de 1h y media hasta Chukum, nuestro eventual hogar.
















No hemos llegado a la cima pero estamos felices de estar los 3 enteros y mas que satisfechos con la actividad. Lo hemos dado todo y poco mas podíamos haber hecho en las circunstancias que nos han tocado. No siempre se gana y cada aventura supone un aprendizaje, una experiencia inolvidable, de esas que el mundo virtual está todavía muy lejos de conseguir.